Hola!
El pasado día 22 nació Lola en el Hospital Vithas Pardo de Aravaca y, como os prometí, aquí está el relato de cómo fue todo.
Me ha costado sacar el ratito pero lo he conseguido!
Os pongo en antecedentes :)
El día 19 había cumplido 39 semanas y, pese a que llevaba varias semanas dilatada y con el cuello parcialmente borrado, yo no notaba ni contracciones ni nada. Me notaba pesadísima (¡¡menudo fin de embarazo lleno de achaques!!) y tenía calambres en la cadera pero poco más.
De hecho, estaba bastante agobiada ya que no sabía cómo iban a ser las contracciones de parto cuando llegaran y me daba miedo equivocarme e ir al médico por una falsa alarma (o considerar que eran una falsa alarma y dar a luz en casa! jajaja).
Ya, ya sé que era mi segundo parto, pero con Bruno rompí aguas en casa (sin haber notado una sola contracción) y con él no empecé a notar las contracciones hasta que me pusieron oxitocina varias horas más tarde en el hospital. Así que no tenía ni idea de cómo sería la sensación si es que me ponía de parto sin romper aguas previamente.
Total que el lunes por la tarde-noche empecé a notar que se me ponía rígida la tripa, pero poco más. Y esa madrugada, que había cumplido 39+3 (a Bruno lo tuve también de 39+3), me levanté a hacer pis y tuve dos contracciones brutales que me dejaron doblada. Pero después, nada. Así que me volví a la cama...
Media hora más tarde... otra vez una contracción brutal. Y luego otra vez. Y cada vez más seguidas. Así que a las 6 de la mañana avisé a Lucas de que me parecía que quizá era el día (Lucas no se agobió mucho, la verdad, se quedó frito otra vez! jajaja), me duché tranquilamente (porque luego con Bruno iba a ser imposible) y me volví a meter a la cama a esperar que despertara Bruno para ir a la escuela. Y me quedé frita, jeje.
Cuando desperté a las 8 las contracciones eran mucho más regulares, cada 6-7 minutos o así. Preparamos a Bruno para ir a la escuela y mientras me descargué una app de esas para ver cada cuanto venían las contracciones y cuánto duraban. Lucas le acercó a Bruno y en casa yo fui viendo que empezaban a ser cada 5 minutos y muy regulares. Avisé a mi querida Cristina (mi ginecóloga que es un sol) y a mis padres y cuando volvió Lucas... ¡¡nos fuimos a pasear al perro!! jajaja. Por eso muchas me escribisteis diciendo: "¡¡Pero si estabas paseando al perro!!". De hecho Cristina lo vio y me escribió y me dijo: "¡¡Pero qué haces paseando al perro!!" jajajajaja.
Efectivamente. Pero la cuestión es que quería ver si eran regulares, no quería ir al hospital y que no fuera realmente necesario. Así que finalmente a las 10:30, tras pasear a Leadville y ver que cada vez iban a más, salíamos hacia el hospital.
A las 11 y poco estábamos en el Hospital Vithas Pardo de Aravaca y me admitían por urgencias. ¡¡Justo estaba Ainhoa, la matrona que me atendió con Bruno!! Pasé a la sala de dilatación y la verdad que las contracciones eran todavía súper soportables. Hablamos con mis padres, que recogerían a Bruno de la escuela a las 13.30 y le traerían cuando naciera Lola. Llegaron Cristina y Chema, mis ginecólogos, y estuvimos charlando con ellos también bastante rato. Me sentía muy bien y el dolor de las contracciones era muy soportable.
Pasado un tiempo Ainhoa me rompió la bolsa para ir "animando la cosa" y cuando estaba de unos 5cms llegó el anestesista para ponerme la epidural. Sinceramente, yo esta vez no quería ponérmela, ya que tuve muy mala experiencia con Bruno (me acabaron pinchando 3 veces y no consiguieron que me hiciera bien efecto ya que la anestesia se "salía" de su sitio). Y es que, aunque parece genial poder parir sin dolor, en mi caso
con Bruno había sido un verdadero suplicio el que me pincharan 3 veces y además con él no me había quitado el dolor hasta justo el expulsivo donde por fin me hizo efecto, aunque sólo parcialmente, ya que tuve muchísimo dolor de espalda y riñones, y siempre me quedé con la duda de si me dificultó empujar.
Pero el anestesista me prometió que esta vez iría bien y el pobre Lucas estaba tan preocupado porque yo pasara mucho dolor que me empecé a agobiar... empecé a pensar que quizá no lo podría soportar y finalmente cedí. Así que me pincharon y...
Jejeje.
Nada.
Otra dosis.
Nada.
Otra dosis.
Ups.
Nada de nada. Ni un adormecimiento mínimo.
Las contracciones cada vez más brutales y yo respirando y oyendo música, jejeje. De hecho, me levanté a hacer pis al baño, y mi matrona estaba atónita. Decía: "Es la primera vez que veo alguien con 3 dosis de epidural que pueda levantarse y caminar". De hecho, lo bueno fue que eso me permitió ir cambiando de postura para aguantar mejor. Estuve un rato con el fitball. Y dolía, ¡¡madre cómo dolía!!
Total. Que ya dilatada de 8cms y sin haber notado ni rastro de epidural vino otra anestesista y me sacó el catéter y me dijo que estaba como retorcido o algo así (exactamente lo que me dijeron con Bruno). Vaya, que mi espalda no está hecha para recibir epidurales. Por lo visto algo pasa con mi espalda y el catéter cuando lo introducen, que la anestesia se sale por donde no es y me hace 0 efecto.
Me volvieron a pinchar en otro punto, ya dilatada de 8cms, y noté cierto adormecimiento en el vientre, bastante leve pero al menos un cierto alivio, pero la "zona de salida" (por llamarlo finamente, jejeje, cada vez me dolía más). Notaba muchísima presión. Pronto empezaron ya a decirme que empujara, que Lola estaba a punto, y yo iba cambiando de posición para poder empujar y por alguna razón me empezó a doler muchísimo la zona de los riñones, estaba hasta asustada. ¡¡Me dolía todo!!
Y pasamos al paritorio porque dijo Ainhoa que si esperábamos más iba a tener a Lola en dilatación! Así que empecé a empujar... y DIOS. En el momento en el que Lola empezó a salir me di cuenta de que claramente la epidural no me había hecho nada de efecto. Si habéis visto una película de esas en las que dan a luz gritando a lo bestia... Pues así fue (Lucas aún se pone blanco al recordar mis gritos).
En 9 minutos tras entrar al paritorio había nacido Lola, yo gritando como una loca, en la que ha sido la experiencia más BRUTAL que he vivido jamás. Fue una sensación bestial, como si me fuera a partir en dos, pero a la vez notaba perfectamente cómo iba saliendo Lola, su cabeza, todo! Fue terriblemente doloroso, como nada que haya experimentado antes, pero sencillamente espectacular. Qué emoción!!! Y fue tan rápido, que no me lo podía creer cuando me dijeron, ¡ya ha salido la cabeza! Y luego me animaron a incorporarme y, como con Bruno, fui yo la que la saqué! Qué maravilla! Se me caían las lágrimas y sólo podía decir: "Mi Lolita mi Lolita!!". Eran las 16:40 de la tarde y Lola estaba ya en mis brazos.
Me impactó que Lola salió cubierta por mucho más vérnix que Bruno y que salió súper despierta. Se me salía el amor por los poros y ella en nada me estaba mirando con sus ojitos de ratoncito. En seguida nos pusimos con el piel con piel y eso me hizo olvidarme del dolor de cuando me cosieron los puntos y demás, jeje.
Una vez en la habitación se enganchó ya al pecho... (pero el inicio de la lactancia con Lola me da para otro post entero, jejej, así que prometo contarlo con detenimiento otro día).
Esa misma tarde vino Bruno a conocerla al hospital y fue tan emocionante... Es increíble pasar a ser una familia de cuatro, increíble.
Sin duda, lo que peor llevé fue lo de tenerme que separar de él esas dos noches, aunque pasó el día siguiente y el siguiente con nosotros en el hospital, se me hizo muy duro por primera vez separarme de él por la noche. Todo hay que decirlo, que durmió en nuestra casa con mis padres y fue el niño más feliz del mundo porque adora a sus abuelos. Además también en el hospital estuvieron mis suegros, mis tías, mi hermano y mi cuñada, mi sobrino... y todos le dedicaron el 90% del tiempo a Bruno, lo que hizo que él estuviera encantado en todo momento. Fueron unos días súper felices para él (de hecho cuando nos dieron el alta no se quería ir a casa! jajaja).
Pero bueno, como Lola se acaba de despertar no me puedo alargar más, os prometo un post sobre el posparto y la lactancia lo antes posible (¡en cuanto me deje Lola! jajaj).
Antes de terminar me gustaría agradecer de todo corazón a todo el personal del Hospital Vithas Pardo de Aravaca el trato que nos dieron. A mi doctores José María Fernández Moya y Cristina Braña, por todo el seguimiento del embarazo y la atención en el parto y postparto, a Ainhoa, la matrona, que en ambos partos ha sido fundamental para que todo fuera sobre ruedas, y a todo el personal que nos hicieron sentir como en casa. Gracias por todo.
Vuelvo pronto!
Alma